Los vigilantes reclaman el cumplimiento de la Ley de Seguridad
El sindicato provincial de Actividades Diversas de CCOO de Sevilla, junto a UGT, ha celebrado una concentración de protesta ante la Subdelegación del Gobierno en Sevilla, para denunciar las "brutales" agresiones que, en la provincia de Sevilla, ha recibido numerosos vigilantes de seguridad.
El pasado mes de septiembre, Davis Piña, vigilante de seguridad de 32 años, sufrió una brutal agresión mientras vigilaba las obras de construcción de una superficie de alimentación en el barrio de Amate de Sevilla. El vigilante fue agredido cuando terminaba de realizar una ronda, por dos individuos que intentaban robar en la obra y que le ocasionaron múltiples lesiones. En el momento de la agresión, el trabajador sólo contaba con unos grilletes como arma de defensa. Este vigilante, que pertenece a la empresa Eulen Seguridad, tuvo que ser ingresado en el Hospital Virgen del Rocío. CCOO lamenta que "la falta de medios con la que desarrollaba su trabajo podía haberle costado la vida".
No han tenido la misma suerte dos compañeros de este vigilante, que han fallecido a causa de una agresión por ladrones; uno fue asesinado en la planta fotovoltaica de Paradas y el otro moría por una agresión el pasado 26 de junio en el colegio Pio XII.
El sindicato provincial de Actividades Diversas de Sevilla señala, además, que en la mayoría de ocasiones los agresores son puestos en libertad al poco tiempo de ser detenidos.
En la concentración realizada ante la Subdelegación del Gobierno, los representantes sindicales han entregado una carta para el Ministerio de Defensa solicitando, por un lado, la concesión de "agentes de autoridad" para los vigilantes de seguridad, con el objetivo de que éstos cuenten con más armas de defensa. Por otro lado, demandan al Gobierno el estricto cumplimiento de la Ley de Seguridad Privada, recordando que la Subdelegación del Gobierno tiene competencias para no autorizar la prestación de servicios de seguridad en aquellos sitios que no reúnan unas condiciones mínimas de seguridad.
Al mismo tiempo, han demandando que las empresas de seguridad velen por sus trabajadores, esperando que el Gobierno vigile que éstas cumplan la Ley y doten a los vigilantes de todas las medidas necesarias para la realización de su trabajo.
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El pasado mes de septiembre, Davis Piña, vigilante de seguridad de 32 años, sufrió una brutal agresión mientras vigilaba las obras de construcción de una superficie de alimentación en el barrio de Amate de Sevilla. El vigilante fue agredido cuando terminaba de realizar una ronda, por dos individuos que intentaban robar en la obra y que le ocasionaron múltiples lesiones. En el momento de la agresión, el trabajador sólo contaba con unos grilletes como arma de defensa. Este vigilante, que pertenece a la empresa Eulen Seguridad, tuvo que ser ingresado en el Hospital Virgen del Rocío. CCOO lamenta que "la falta de medios con la que desarrollaba su trabajo podía haberle costado la vida".
No han tenido la misma suerte dos compañeros de este vigilante, que han fallecido a causa de una agresión por ladrones; uno fue asesinado en la planta fotovoltaica de Paradas y el otro moría por una agresión el pasado 26 de junio en el colegio Pio XII.
El sindicato provincial de Actividades Diversas de Sevilla señala, además, que en la mayoría de ocasiones los agresores son puestos en libertad al poco tiempo de ser detenidos.
En la concentración realizada ante la Subdelegación del Gobierno, los representantes sindicales han entregado una carta para el Ministerio de Defensa solicitando, por un lado, la concesión de "agentes de autoridad" para los vigilantes de seguridad, con el objetivo de que éstos cuenten con más armas de defensa. Por otro lado, demandan al Gobierno el estricto cumplimiento de la Ley de Seguridad Privada, recordando que la Subdelegación del Gobierno tiene competencias para no autorizar la prestación de servicios de seguridad en aquellos sitios que no reúnan unas condiciones mínimas de seguridad.
Al mismo tiempo, han demandando que las empresas de seguridad velen por sus trabajadores, esperando que el Gobierno vigile que éstas cumplan la Ley y doten a los vigilantes de todas las medidas necesarias para la realización de su trabajo.
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